Por los carnavales en Burbia se celebran los carnavales de un modo muy especial. Los Maranfallos, en esta fiesta dichos Maranfallos, únicos por su vestimentas, llevan ropas viejas, hojas de distintas plantas y máscaras terroríficas, persiguen a las gentes del lugar arrojándoles ceniza y untándoles la cara con tocino, que no es otra cosa, que los testículos del cerdo secos, estos han sido guardados desde la matanza. Disfraces fuera de cualquier estética coherente y totalmente rústicos, que simbolizan lo peor de cada persona, podrían representar demonios rurales que imponían el terror entre las gentes del pueblo y sobre todo entre los más jóvenes.
Además de los Maranfallos esta el “Boy” que es un montaje que asemeja a un buey, con cuernos y pieles, que también asusta a los lugareños y persigue a los más pequeños para aterrorizarlos.
Todas estas carreras, risas y gritos llegan hasta la puesta del sol y todo el mundo se reúne en la plaza del pueblo y acompañados de tambores y música recorren el pueblo de casa en casa pidiendo «la voluntad» que suele ser comida: huevos, chorizo, patatas y vino, después al anochecer celebran una cena de hermandad y pasan la noche contando historias, bailando y disfrutando.
Una tradición que implica a todo el pueblo donde sus gentes ríen, bailan y corren, para olvidarse de su vida cotidiana y disfrutar con los vecinos. Nadie se libra de correr por el pueblo durante la jornada.